Las autoridades han determinado que la sangre encontrada en el arma homicida corresponde al novio de 17 años de la joven, quien fue arrestado en la frontera, cuando trataba de huir del país.
El cuerpo de Britney Oliva fue hallado en un vertedero de basura a los tres días de que fue reportada como desaparecida. La policía indicó que el arma usada para asesinarla tenía rastros de sangre del novio de la víctima y por eso fue capturado como el principal sospechoso.
Cuando tenía solo 6 años, la nicaragüense Britney Oliva fue detectada por una red promotora de los derechos de la niñez y el medio ambiente de su país, como una niña entusiasta por hacer respetar a todos los niños.
Desde aquel momento, Oliva se convirtió de a poco en una comunicadora del club infantil de Jinotega, Nicaragua y, durante el último año de secundaria, ya era la locutora de la radio de aquella institución.
Mientras disfrutaba de la admiración de la comunidad por su dedicación y responsabilidad hacia su trabajo, Oliva dedicó gran parte de los últimos meses tratando de concientizar sobre el embarazo en adolescentes.
Una de las últimas formas de hacerlo fue por medio de un video en el que actuaba como una joven que defendía su derecho a no abortar, ante su pareja que le pedía hacerlo. Lo que jamás imaginó es que viviría esa situación en carne propia.
Su abuela, Santos Isidra Meza, recuerda que el hecho de que aquel día su nieta no llegara a su casa a las 8 pm, como lo hacía todos los días, le indicó que algo había andaba mal.
Tras pasar en vela toda la noche esperando noticias de Oliva, al día siguiente su familia salió a la calle para pegar volantes con su fotografía, con la esperanza de que alguien pudiera darles información sobre su paradero.
Al mismo tiempo de aquella desesperada búsqueda, su madre -quien no quiso mostrar su rostro- comenzó a sospechar del novio de Britney, un adolescente de 17 años que siempre había intentado tener contacto con la familia.
Las primeras averiguaciones sobre lo sucedido establecieron que Oliva estaba embarazada y que el último día de su vida fue vista montada en la motocicleta con su novio, por lo que las autoridades comenzaron con la búsqueda del joven.
Tras ser encontrado en la frontera, mientras intentaba huir del país, el Comisionado Mayor Alejandro Ruíz, jefe de la policía de Estelí, precisó que “ la sangre encontrada en el arma punzocortante pertenece al joven”. A pesar de la brutalidad del asesinato, el joven no podrá pasar más de 6 años en prisión, por ser menor de edad.
Además, la investigación también arrojó que el feminicidio se había cometido porque Oliva estaba embarazada y no quiso abortar, algo que el sospechoso le había exigido.
“Hubo más involucrados en esto porque sabían que cometió un delito y lo ayudaron a tratar de salir del país”, asegura Lester Castro, un amigo cercano de la familia.
A pesar de que el joven ya está detenido, la familia no ha quedado conforme con las acusaciones por feminicidio y asesinato agravado, porque exigen que también sea imputado por parricidio, al considerar que no solo mató a Britney, sino que también al bebé en su vientre.
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